Bienaventurados los perfectos de camino,
Los que andan en la ley de Jehová.Salmos 119:1
No cabe duda de que cuando conocemos la Palabra de Dios, y nuestros ojos son abiertos al entendimiento de su ley, nuestra vida cambia. Al conocer Su Palabra, conocemos el corazón del Padre; al conocer a Cristo revelado en las Escrituras, también conocemos a Dios. Si ponemos por obra todo lo que aprendemos en Su Palabra, andaremos en Su Ley y nuestros caminos serán perfectos; esto no quiere decir que no pecaremos, pero sí reconoceremos lo que agrada y lo que no agrada a nuestro Dios.
Cuando conocemos a Dios, cuando experimentamos Su amor, Su perdón, Su gracia y Su misericordia. Cuando entendemos el gran sacrificio que hizo Cristo por nosotros, desearemos, anhelaremos obedecerlo y vivir para glorificarlo cada día. No por nosotros, sino por Él, porque recibimos Su amor y Su misericordia.
Esa misericordia de Dios al perdonarnos en Cristo es la fuente de felicidad para el que se reconoce como pecador. Gracias a Cristo podemos acercarnos a Dios en oración, en adoración; podemos conocerle más a través de Su Palabra. «Te alabaré con rectitud de corazón» (v. 7), con un corazón totalmente dedicado a Él, un corazón que no está dividido, un corazón que no ama al mundo y también a Dios.
Buscaremos obedecer a Dios no de manera perfecta, pero sí sinceramente, dejando las prácticas pecaminosas que se promueven en el mundo y que antes practicábamos. Por eso es necesario que conozcamos la Palabra de Dios, en ella nos es revelada la voluntad de Dios para nuestra vida y con ella podemos caminar rectamente. Aprendamos Su Palabra, vivamos una vida coherente para dar la gloria a Dios.
Padre, ayúdanos a entender Tu Palabra, y úsanos para hablar Tu
Verdad a los que no te conocen, amén.
Por Karla de Fernandez
Quietud | Invierno | 2022 www.lifeway.com