Porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará, y los guiará a fuentes de aguas de vida; y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos.
Apocalipsis 7:17
Una vez vi a un rebaño de ovejas que guiaba un pastor, pasando por un estrecho de montañas. Observé cómo él guiaba a las ovejas para que no se cayeran en un precipicio y las llevaba a lugares seguros para que se alimentaran y saciaran su sed. ¡Qué hermoso es ver cómo el pastor cuida a sus ovejas para que no les falte nada! Pero más hermoso es tener el privilegio de decir: «Tú, Dios mío, eres mi pastor; contigo nada me falta» (Sal. 23:1, TLA). Podemos decirlo porque un día reconocimos nuestros pecados y recibimos a Jesucristo, «el buen Pastor», quien entregó Su vida en la cruz del Calvario para emblanquecer nuestras vidas con Su sangre. Él nos da las fuerzas para no tener miedo porque siempre está a nuestro lado. Él nos guía por el buen camino y nos llena de felicidad. Él nos da fortaleza en esta vida y esperanza de un futuro brillante y de bienestar.
¡Qué escena tan bella nos presenta Juan en el versículo 17! Una imagen donde el buen Pastor nos cuidará por la eternidad. Nos muestra el cumplimiento de la profecía que nos dice: El Señor te «pastoreará siempre, y en las sequías saciará tu alma, y dará vigor a tus huesos; y serás como huerto de riego, y como manantial de aguas, cuyas aguas nunca faltan» (Isa. 58:11). Un lugar donde Dios secará nuestras lágrimas de sufrimiento. Un lugar donde podemos estar seguros de que no habrá mas muerte.
Señor, te doy gracias por Tu cuidado amoroso ahora y por la eternidad.
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Por Rosa Martínez
Este devocional fue tomado de Quietud guía devocional diaria | Abril 2022