Venid, adoremos y postrémonos; Arrodillémonos delante de Jehová
nuestro Hacedor.Salmos 95:6
Cada congregación tiene su propia forma de iniciar un culto de adoración; algunas comienzan con una oración, otras con una lectura o una bienvenida general. Hace algún tiempo visite una iglesia donde inician el culto con un llamado al altar. Toda la congregación es invitada a pasar al altar. Durante cinco minutos oran y el pastor cierra con una oración de confesión.
En los primeros versículos de este salmo, hay un llamado a la adoración. Se pueden ver dos elementos importantes en esta invitación. Uno es el carácter de Dios; Él es la Roca de nuestra salvación, Dios y Rey grande, nuestro Creador y Pastor. El segundo elemento está relacionado con nuestras actitudes; es decir, debemos presentarnos «alegremente», «con júbilo», «con alabanza» y en humildad.
Cada semana los creyentes tenemos diferentes oportunidades para adorar en comunidad. Así mismo, cada día tenemos oportunidad para venir ante Dios en adoración de manera individual. La verdad es que el Señor no cambia, El sigue siendo nuestra Roca, Dios grande, nuestro Creador y Pastor. Los que sí cambiamos somos los adoradores y es importante que reflexionemos en cómo nos estamos presentando ante nuestro Hacedor.
Señor, ayúdanos a reconocer Tu grandeza y postrarnos con la
actitud correcta en adoración.
Por Juan Puente
Quietud | Invierno | 2022 www.lifeway.com