POR BILL PATTERSON
Antes de aprender a hablar, mi nieta aprendió algunas señas. Solía usar una seña para decir «más» cuando quería que le dieran más leche o cereal. Yo la tomaba en mis brazos y la llevaba al porche para ver las mariposas y las flores. Por más tiempo que estuviéramos allí, cuando yo hacía ademán de volver a entrar a la casa, ella siempre me hacía la seña de «más». En el interior del corazón humano hay algo que siempre anhela más. Dios nos dio mucho más de lo que esta tierra puede ofrecer; ¡en el cielo! Dios no nos contó todo lo que se puede saber sobre el cielo, pero nos ha contado mucho: todo lo que deseaba que supiéramos de este lado del «más». Repasemos lo que podemos saber con seguridad.
ES UN LUGAR LITERAL
Dado que algunas personas iban a cuestionar que el cielo fuera un lugar real, Dios le permitió a Juan registrar las medidas de los muros del cielo. (Ver Apocalipsis 21:15-16). No se puede medir un muro imaginario; solo se puede hacer si es real. Los muros medían más de 1400 millas (2240 km) de largo, ancho y alto. Solo la planta baja tendría unos 2 millones de millas cuadradas (3,2 millones de km2) de superficie.¿Cuántos niveles tendrá, si midiera 1400 millas de altura? Es obvio que el cielo tiene lugar más que suficiente para todos los que quieran recibir a Jesús.
Las medidas del cielo forman un cubo perfecto. El único lugar, además de este, en la Biblia, donde existía un cubo perfecto era el Lugar Santísimo en el templo, donde Dios moraba entre los israelitas.
ES UN LUGAR PREPARADO
Poco antes de morir, Jesús dijo: «En la casa de mi Padre muchas moradas hay; si así no fuera, yo os lo hubiera dicho; voy, pues, a preparar lugar para vosotros. Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis» (Juan 14:2-3). Mateo 25:34 dice que Dios preparó el cielo desde la fundación de la tierra. Hebreos 11:16 enseña que Dios ha preparado una ciudad celestial. El cielo es un lugar preparado para un pueblo preparado.
ES UN LUGAR DE FELICES REENCUENTROS
¿A quién esperas tú ver en el cielo? Yo espero hablar con mis abuelos en el cielo. Extraño a mi madre y a mi padre, y espero volver a estar con ellos.
¿Cómo sabemos que veremos a nuestros seres queridos que han muerto en el Señor? En Lucas 16:19-31, Jesús indica que habrá reconocimiento en el cielo. Además, «Pablo pensaba reunirse con los tesalonicenses en el cielo, y nunca se le ocurrió que no los reconocería. De hecho, si no pudiéramos reconocer a nuestros seres queridos, el «aliento» de volver a encontrarnos en el cielo, del que habla 1 Tesalonicenses 4:14-18, no sería consuelo alguno».1
ES UN LUGAR DONDE VIVE DIOS
Piensa que maravilloso es cuando estás en un servicio de adoración donde Su presencia se nota y Él se siente cerca. Apocalipsis 21 describe nuestro futuro hogar con Dios: «He aquí el tabernáculo de Dios con los hombres, y él morará con ellos» (v. 3).
ES UN LUGAR DE ABUNDANTES RIQUEZAS
Valoramos en gran manera las riquezas en este mundo, pero en el cielo, hay riquezas abundantes para todos. El oro es valioso aquí. Allá, las calles están cubiertas de oro. Aquí, la luz eléctrica tiene gran valor.
Allá, Dios ilumina durante todo el día, y no hay noche. Aquí valoramos especialmente una buena noche de sueño; allá descansaremos. Piensa en el amanecer o el anochecer más hermoso que puedas imaginar; allá estarás constantemente rodeado por esa clase de esplendor. Aquí apreciamos las playas de arena muy blanca y las aguas límpidas. Nos maravillan las montañas, y las bellas hojas de los árboles que caen en el otoño. El cielo es un panorama mucho más bello que cualquier cosa que hayamos podido ver aquí.
ES UN LUGAR DE GOZO
Imagina el gozo de ser perdonado completamente. Aquí hay lágrimas; allá Dios las enjuga. Aquí prevalece la tristeza; allá Dios la elimina. Aquí algunos son cojos, ciegos o sordos; allá todos serán sanos por completo, gozosos y llenos de paz.
ES UN LUGAR DE SANTIDAD
La Biblia enseña que ninguna impureza entrará en el cielo. Esto es un problema para ti y para mí, porque la Biblia enseña que todos hemos pecado. Gracias a que Jesús cambió Su santidad por nuestra impureza, nuestros pecados son perdonados y podemos estar tan seguros del cielo como si ya estuviéramos allí (Ver Juan 3:16).
Estoy escribiendo estas palabras con mis dedos, pero en mi mente, estoy cantando: «¡Aleluya! ¡Qué Salvador!» Sí, yo anhelo «más». Dios nos ha provisto «más» en el cielo. ¡Espero encontrarme contigo allá!
1. Randy Alcorn, Heaven (Cielo), (Tyndale Momentum, 2004), p. 333.
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Bill Patterson es misionero de Green Valley Baptist Association en Henderson, Kentucky. Él y su esposa Sandy disfrutan de sus nueve nietos. Les encanta enseñar principios bíblicos y conducir grupos de visita a la Tierra Santa.
Este artículo fue tomado de Estudios Bíblicos para la Vida | Primavera 2022