POR KEN BRADDY
Una competencia de béisbol. Un viaje a la casa de la abuela. Un cambio en el horario de trabajo. Una invitación a jugar al golf con el jefe. Estas son algunas de las cosas que pueden impedir que algunos miembros de tu grupo asistan al estudio bíblico. ¿Cuál es mi consejo? No te preocupes por ellas, porque no puedes controlar lo que sucede en las vidas de las otras personas. Sería mejor que te concentraras en aquellas cosas que puedes controlar y que ayudan a que las personas vuelvan al estudio bíblico. Estas tres cosas eliminan las excusas para llegar tarde o no asistir al estudio.
1. Comienza a tiempo.
No comenzar a tiempo es una de las razones por las que algunas personas evitan el estudio bíblico, o no se esfuerzan por asistir puntualmente. ¿No es curioso que puedan llevar a sus hijos a la escuela o a sus prácticas de deportes a tiempo, pero cuando se trata del estudio bíblico, no logran (o mejor dicho, no hacen el esfuerzo para) llegar a tiempo? Si tú, que eres el líder del grupo, no comienzas a horario, estás entrenando a la gente de tu grupo para que llegue tarde. ¿Por qué castigar a los que han llegado puntualmente y tienen que quedarse sentados esperando? Es una de las cosas más irrespetuosas que puedes hacer a quienes se esfuerzan por cumplir con los horarios establecidos para el grupo y tienen que esperar que lleguen los demás para poder comenzar. Si comienzas a tiempo, verás que la gente se acostumbrará a ser puntual. William Shakespeare dijo. «Mejor tres horas antes, que un minuto tarde». Ser impuntual no ayuda a nadie; por eso, yo prefiero comenzar a tiempo o, incluso, un poco antes. Muchos valorarán que mantengas una posición firme en este sentido, y a su tiempo, se acostumbrarán a la «nueva normalidad» de comenzar justo a horario.
2. No pierdas tiempo.
Durante el estudio bíblico, no dejes que las cosas se salgan de cauce. La clave, aquí, es el equilibrio: no dejes que un elemento domine por sobre otros, y así haga perder el tiempo que necesitas para otros segmentos del estudio bíblico. Si tienes alguien que habla demasiado en tu grupo, controla la situación para que no acapare todo el tiempo y les haga perder tiempo a los demás. No se distraigan hablando de deportes, el clima o política; ¡no es para eso que se han reunido! En cambio, haz lo que nosotros solíamos llamar «enseñanza de período completo». Esto significa que todo lo que sucede durante el tiempo de reunión del grupo apunta a la concreción del objetivo de la enseñanza para esa sesión. Y eso significa que no tienes tiempo para perder.
3. Termina a tiempo.
Casi tan importante como el primer punto de esta lista; terminar a tiempo es vital para la salud a largo plazo de tu grupo. La gente quiere tener la seguridad de que vas a honrar el tiempo que están dedicando a la reunión y no superponerlo a otras cosas que tienen planeadas para ese día. Siempre puede disculparse que algún día se extiendan un par de minutos más de lo planeado, pero no tolerarán que todas las sesiones te entusiasmes hablando y te extiendas 10 o 15 minutos después del horario en que tendría que terminar el estudio. Si manejas bien los primeros dos puntos, este último no será un problema. Si no manejas bien este, verás que los miembros del grupo harán alguna de estas cosas:
- Dejarán de prestar atención hacia el final del estudio («#Esteban salió de la sala»).
- Comenzarán a mirar su reloj, como para sugerir que te has pasado del tiempo acordado.
- Se levantarán y saldrán para poder estar a tiempo en la próxima actividad.
- Dejarán de asistir al grupo en lo sucesivo.
William Penn dijo cierta vez: «El tiempo es lo que más deseamos, pero lo que peor usamos». Recuerda que tú, como líder del grupo, controlas cómo se utiliza el tiempo durante el estudio. Usa el tiempo sabiamente, y la gente tendrá una excusa menos para no asistir al estudio bíblico.
Ken Braddy es director de Escuela Dominical en Lifeway Christian Resources. Escribe para los líderes de grupos de Escuela
Dominical en kenbraddy.com.
Este artículo fue tomado de EBPLV | Invierno | 2022