POR LYNN H. PRYOR
Formular la pregunta adecuada en el momento justo es sumamente importante.
Si quieres que tu hijo preescolar algún día juegue en la liga profesional de béisbol, no te limitas a enviarlo a un campamento especializado de verano en Florida una vez. Comienzas con las ligas infantiles. Y lo preparas para ello practicando tiros en tu casa. Y para ello consigues un gran bate rojo para usar en el patio.
Lo mismo debes hacer para iniciar un estudio bíblico; ir poco a poco, haciéndolo lo más natural posible Repasa tu estudio desde la perspectiva de un invitado, alguien nuevo en el grupo o nuevo en la vida cristiana. Cuando saltamos directamente al estudio bíblico con una discusión teológica, los miembros del grupo quizá se sientan perdidos. Y ciertas preguntas, planteadas al principio, pueden intimidar a algunos, que preferirán quedarse sentados en silencio, en un rincón.
Si queremos que haya intercambio de ideas y conversación en el grupo, la pregunta adecuada, en el momento justo, es la que puede marcar la diferencia. ¿Cómo hacer que los miembros del grupo se sientan cómodos? ¿Cómo hacer que la transición al estudio sea algo natural?
COMIENZA CON PREGUNTAS PARA ROMPER EL HIELO
Una pregunta para romper el hielo es algo que no requiere de mucha reflexión. Casi todos pueden pensar una respuesta para esa pregunta, y quizá les recuerde una historia personal que puedan compartir con el grupo. Estas preguntas ayudan a iniciar conversaciones y, con el tiempo, amistades.
He aquí algunas preguntas para romper el hielo que he usado con mi propio grupo últimamente:
• Cuenta alguna ocasión en que te divertiste mucho haciendo un desastre.
• Menciona alguna comida, que te gusta mucho. Pueden parecer preguntas al azar, pero tienen un propósito especial.
La pregunta sobre hacer un desastre da pie para hablar de los «desastres» que hacemos, y que no son divertidos. A partir de allí, comenzamos un estudio sobre cómo Jesús arregla nuestros «desastres».
La pregunta sobre las comidas que nos gustan mucho sirvió para pasar al tema de las cosas que nos ofrecen un bienestar pasajero. A partir de allí, comenzamos un estudio sobre cómo podemos ser embajadores de Cristo para otros y ofrecerles un bienestar real.
Una buena pregunta para romper el hielo hace que la gente converse. Eso es lo más importante. ¿Cómo hacer que un grupo de personas reunidas en un salón, sin conocerse en realidad, o solo de vista, comiencen a conversar? Planteándoles una pregunta fácil y ligera, que todos quieran contestar. Una vez que comiencen a hablar entre sí, estarán mucho mejor preparados y con una disposición favorable para participar en una conversación más profunda sobre la Palabra de Dios.
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Lynn Pryor es líder del equipo de publicaciones de Estudios Bíblicos para la Vida. Él y su esposa Mary sobrevivieron a la crianza de dos hijos que hoy son adultos. Graduado del Southwestern Seminary, Lynn ha sido pastor y líder de iglesias en Texas.
Este artículo fue tomado de EBPLV | Otoño | 2022 https://estudiosbiblicosparalavida.lifeway.com