por Eric Geiger
¿Qué crees que causa el mayor impacto en el desarrollo espiritual de un niño? ¿Las cenas en familia? ¿Que los padres no falten a los eventos especiales? ¿Tener amigos en la iglesia? ¿Asistir a una buena escuela cristiana? ¿Asistir a una iglesia con un vibrante ministerio de niños y estudiantes?
Aunque con seguridad todas esas cosas son buenas y las quiero para mis hijas, ninguna de ellas apareció en nuestra reciente investigación, con relación a cómo los niños crecen espiritualmente, hecha por LifeWay. Tenemos que tener cuidado de no pasar mucho tiempo pensando en las cosas que no causan el mayor impacto. El estudio analizó 2000 adultos protestantes que fueron padres de uno o más hijos entre 18-30 años de edad. El estudio revisó las características de la fe de esos niños ahora que son adultos, y las prácticas de los padres y los hábitos de los niños al crecer. Jana Magruder lo explica de manera magistral en su nuevo libro, Nothing Less: Engaging Kids in a Lifetime of Faith [Nada menos: Involucrar a los niños en una vida de fe], el cual recomiendo a padres y líderes de ministerios de niños o estudiantes.
Entonces, ¿cuáles fueron las mayores influencias reveladas en la investigación? Jana aborda en su libro las 10 influencias más grandes en la salud espiritual, pero yo voy a abordar de manera breve las primeras cinco. Si te importa la vida espiritual de tu hijo, esta investigación vale oro:
1. Al crecer, el niño lee su Biblia con regularidad.
No me sorprende que esta sea la influencia de mayor impacto en el caminar espiritual de un niño, porque las investigaciones en adultos concluyeron lo mismo. Sencillamente, los niños que leen la Biblia con regularidad tienen mucha mayor probabilidad de caminar con Cristo al ser adultos que los que no lo hacen. Ayudarles a los niños a amar la lectura de sus Biblias es aún más importante que una cena en familia, más importante que la escuela a la que asisten y más importante que la iglesia o el ministerio de niños o el grupo de jóvenes. Si hay una cosa, y solo una cosa, que los padres y los líderes de ministerio debemos hacer, es esta: Vivir leyendo la Biblia delante de nuestros niños, mostrarles cómo leer el texto. Lee la Biblia con ellos. La investigación dice: «Haz lo que sea necesario».
2. Al crecer, el niño pasa tiempo orando con regularidad.
De manera similar a leer la Escritura, un niño que mira hacia Jesús en la Palabra y en oración va a cambiar constantemente y se pone en la trayectoria de una vida de fe.
3. Al crecer, el niño servía con regularidad en la iglesia.
La investigación también reveló que asistir a la iglesia en familia es muy significativo para el niño. Desde un punto de vista investigativo, cada caída en la frecuencia de asistencia a la iglesia de una familia se correlacionaba con una caída en el desarrollo de la fe del niño. En conclusión: una familia que asiste a la iglesia con poca frecuencia está causando un impacto negativo en el desarrollo de la fe de sus hijos. Así que, asistir a la iglesia es importante. Sin embargo, más que asistir, servir en la iglesia causa un profundo impacto en el niño o el adolescente.
4. El niño escucha música cristiana más que nada.
Está bien, no esperaba que esta fuera la cuarta influencia más grande, y habrá unos cuantos «haters». Algunas personas piensan que la música cristiana es cursi o crea una burbuja o es puro comercio. Otros piensan que es mundana. Piensa lo que quieras, pero la investigación dice que este fue el cuarto factor más grande en el crecimiento espiritual de un niño. Si prestas atención a la investigación, podrás terminar cantando himnos en familia, subiendo al auto para ir a un concierto o sintiendo felicidad cuando la habitación de tu hijo retumba con rap cristiano.
5. El niño participa en viajes y en proyectos misioneros de la iglesia.
Servir en la iglesia impacta el desarrollo de un niño o un adolescente, pero servir en la comunidad también lo hace. Los viajes misioneros y los proyectos misioneros fueron de los primeros en la lista.
Entonces, ¿qué hacemos con esta investigación? A mi me parece liberadora, porque nos recuerda simples verdades que ya conocemos. Deberíamos trabajar arduamente para ayudarles a nuestros niños a pasar tiempo con Jesús; en Su Palabra, en oración y en lo que entra en sus mentes. También deberíamos ayudarles a servir a otros, en la iglesia y fuera de ella. Esas son las influencias más grandes en su madurez espiritual.